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miércoles, 27 de mayo de 2015

Y el capitán Alatriste tomó cuerpo...



Muchas veces en los momentos más inesperados, la vida te brinda sorpresas inesperadas. Estaba yo hojeando internet en la mañana, cuando me topo con una noticia que me hizo ponerme nervioso (si soy así de tonto): Perez-Reverte presentaba su último libro en Cádiz. Para los que ya me conozcáis sabéis de mi pasión por este autor, así que tras convencer a mi sobrina de apenas catorce años para que acompañará, tomamos el coche para ir a ver en persona al padre del Capitán Alatriste, a ese reportero de guerra de ojos tristes que escribe con gran maestría.
Un poco por encima de la hora prevista, Arturo hizo aparición en una sala del Palacio de Congresos de la Tácita de Plata con un auditorio casi lleno. Gesto adusto, saludo al público y a la faena que no era otra que hablar acerca de su libro "Hombres Buenos". Como no podía pasar en otro lugar, en mitad de la charla un espontaneo empieza a alabarlo y a repetir hasta la saciedad que le gustaría leerlo pero no tiene dinero. Con señorío, el autor le ofrece un libro firmado y la posibilidad de seguir hablando tras la presentación a cambio de que guarde silencio, no obstante al rato vuelve a interrumpir el mismo señor, lo que provoca un momento tenso, en el que incluso da la impresión que de haber tenido el escritor una espada en la mano se la hubiese ensartado. 
Anécdotas aparte se lleva al público a su terreno con esa voz grave y convincente aunque en ocasiones demasiado veloz, para bajo la excusa de la historia, tanto con minúscula como con mayúsculas, hablar de las miserias de España, del ser humano, y alabar a la Real Academia. Fue una reflexión acerca del diccionario de la lengua el que quizás más me gustó cuando afirmó que la Academia no está para ser policía de la lengua, sino para ser el notario que levanta acta del lenguaje que usan los hispanohablantes. De este modo quiso acabar con las polémicas acerca de palabras que a muchos no le gustan que estén.
No logré su firma porque las colas eran inmensas, pero aún así me llevo el recuerdo. Sin duda un rato agradable donde además conocí a otros autores que solo conocía a través de las redes sociales como Benito Olmo, Enrique Montiel, o el autor del blog y libro "¡A los libros!"
¿Para cuándo la próxima don Arturo?

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