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martes, 29 de octubre de 2013

Todo pasa por la red

En los antiguos circos cuando aparecía el trapecista de turno, era anunciado a bombo y platillo, aparte de que haría el más difícil todavía, que lo haría sin red, sin un seguro de vida al que agarrarse en caso de fallo en la ejecución de su ejercicios. Este hecho de trabajar sin red nos hacía convertirlo en héroes de papel capaces de demostrar su valía a cualquiera que realmente tuviera talento...
Habrá quienes crean que fuera aparte de que se me está perdiendo la cordura, qué narices tiene que ver esta imagen circense con este blog literario, pero si he usado esta evocadora arte del funambilista, del artista seguro de sus capacidades, es para hacer un simil literario con el que pretendo hablaros de la promoción de libros. 
Antaño cuando un autor deseaba darse a conocer, solo contaba con su valía, con su obra. Debía de luchar enviando manuscritos a la espera de que alguna editorial depositase su confianza sobre él, y una vez que era publicado, debía de luchar por dar a conocer su obra en las presentaciones, hacía falta un cara a cara con el lector, y ya luego el destino diría...
Pero hoy día los autores somo funambilista con red, una red necesaria bajo nuestros pies, a la que debemos de lanzarnos de llenos, y como ya habréis deducido esa red es internet. Para bien, o para mal, según se vea los escritores de hoy en día, en especial aquellos que comenzamos, necesitamos de esta herramienta para dar nuestra obra a conocer, pero esta red, que en principios la veíamos como un elemento imprescindible para nuestra seguridad, nos puede acabar enredando, haciéndonos realmente más daño que bien, porque ya no solo consiste en mostrar nuestra obra, consiste en convertirse en aparte de escritores, en tu propio publicista, en un mercader de un zoco donde hay decenas que como tu vocean sus productos, y añade a esto, el tener que vender una imagen, una pose...
Con esto no quiero lamentarme, se que eso precisamente no vende, sino solo deciros que al menos cuando veáis por las redes sociales a algún escritorzuelo como yo, no os cuesta nada aunque no vayáis a leer su obra, en retwitearle, o en darle a ME GUSTA, para al menos reconocer el esfuerzo que le supone el darse a conocer, porque al fin al cabo, tan artista es, el que hace sus piruetas con red que sin ella...

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