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miércoles, 7 de diciembre de 2011

diario de una inquietud (decimoseptima entrada-primera parte)

DIECISIETEAVA ENTRADA

Seguro que andáis riendo todavía de la entrada anterior, siendo del todo sincero yo también lo hubiese hecho en vuestro caso, pero os doy mi palabra de honor, aunque en los tiempos que corren apenas se tenga en cuenta, que cuánto os contaré a continuación es cierto:
En un principio no tenía pensado alargar mucho la baja, pero cobrar, aunque sea un poco menos, sin dar ni un palo al agua, es estupendo, así que no dude en echarle cuento a mis dolores para ganar más tiempo para investigar sobre el tal Iñigo de Guzmán, además no hacéis ni una idea de lo rutinario y aburrido que puede resultar trabajar en una entidad bancaria aunque la mayoría de la gente piense que nos tocamos las narices como los funcionarios...en fin que me voy por las ramas. Antes que buscar tesoros ocultos quise descubrir sobre la identidad del firmante del manuscrito.
Lo más lógico hubiese resultado irse al archivo municipal y ponerme a manosear antiguos libros por mi cuenta y riesgo, pero eso sinceramente resulta extremadamente literario, yo tan solo resultó ser un empleado de banca, que no niega su gusto por leer de manera habitual alguna que otra novela histórica, pero de ahí a ponerme a investigar como que dista mucho, así que la opción más lógica resultaba pedir ayuda, aunque esta vez descarte a Babas Sucias. Si había tardado en traducir un texto no me quería imaginar en buscar a un personaje.
No fue hasta que vi un cartel por la calle sobre una conferencia sobre Historia de Jerez en la sede del Ateneo Jerezano cuando me di cai en la cuenta que tal vez allí podrían ayudarme, pues hasta entonces no había pensado a quien recurrir. En una asociación de carácter cultural seguro que habría más de un socio dispuesto a colaborar en desentrañar los entresijos de aquella historia.
Con un poco de timidez me planté en el local para escuchar la charla que resultaba darla un señor de unos setentas años, jardinero de profesión que durante su vida se había ocupado en el estudio del pasado, pero que en definitiva no era un profesional. En un principio dude en pedirle ayuda, no me acababa de fiarme de su formación como autodidacta, pero era la única persona más cercana que no fuese Babas Sucias a quien podía recurrir.
-Interesante charla.-me acerqué a felicitarle en cuanto terminó la conferencia. Debo reconocer que mentí como un bellaco, la verdad que no me había interesado nada, pero debía de reconocer sus grandes dotes para hilvanar todos los datos que había acumulado en su cabeza, ya que en ningún momento utilizó los papeles que llevaba.
-Gracias, solo he intentado acercar un poco de nuestras historia. Solo así podremos comprender mejor el presente.-dijo con total humanidad utilizando aquella frase tan manida por quienes se dedican a estudiar el pasado.
-Claro todo influye.-aporté sin saber muy bien cómo proseguir la conversación.
-Si eso esta claro, fijese usted en la actual crisis, no es más que la repitición del pasado, vivimos en un continuo bucle...-comenzó a politizar el tema provocando que me supiese un esfuerzo seguirle, pues relacionado a partidos políticos actuales con estadista de la antigüedad durante al menos veinte minutos.-Pero seame sincero si se dirige a mi no solo por felicitarme.-soltó de golpe.
-¿Porqué dice usted eso?-me dejó un tanto perplejo.
-Pues porque no paraba de bostezar durante todo el coloquio fuera aparte de mirar constantemente el reloj.-comentó pero sin tono de reproche.
Me ruboricé como un tomate, jamás hubiese pensado que se había estado fijando en mi, sin embargo, parecía haber estado vigilando cada uno de mis gesto. Me vi en una encrucijada, así que decidí ser sincero:
-Realmente estaba interesado en una información concreta.
-Pero hombre, para eso puede pasarse cualquier día por aquí, yo estoy casi todas las tardes aquí a partir de las seis. Es raro la tarde que no este, es más, mi mujer cansada de mi me dice: “no te vas a ir hoy a la asociación”-explicó con una sonrisa.-Si quiere pasase mañana y podré atenderle de mejor manera.
-De acuerdo.-le estreché la mano retirándome aún ruborizado. Desee con anhelo que llegase el día siguiente

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